EL ROL DE LA INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD
Por: Óscar Augusto García Zárate[1]
ㅤ⠀ㅤEl fomento y estímulo a la investigación han pasado a ser una labor de primer orden de las universidades del país con el exclusivo propósito de lograr alcanzar niveles de excelencia en la creación y transmisión de conocimientos, en el absoluto convencimiento de que ello contribuirá no solo a alcanzar un notable grado de calidad académica por parte de la universidad, sino también a lograr la integral formación de las futuras generaciones de jóvenes comprometidos como todos nosotros con el desarrollo de nuestro país diverso, multicultural y multilingüe.
ㅤ⠀ㅤEl ideal que la universidad encarna, vale decir, aquel consistente en proporcionar al hombre que se forma en ella un horizonte humanista de valoración del conocimiento nacido no solo del acopio de datos y cifras, sino también del libre ejercicio de una conciencia crítica, que busque además alcanzar estándares de calidad que no sean ajenos a las demandas de enriquecimiento espiritual, ese ideal, como decía, ha ido perdiendo empuje en estos tiempos de globalización e incesantes innovaciones tecnológicas en que la hegemonía parece haber sido lograda por aquel modelo de universidad que bajo iniciativa privada, y concebida más bien como una empresa comercial, establece vínculos estrechos entre el desarrollo tecnológico, el rendimiento económico y la excelencia orientada más a aspectos de orden técnico para atender ciertas demandas, sí, pero provenientes de la tiranía del mercado.
ㅤ⠀ㅤPero no se trata de denostar caprichosamente tendencias de este tipo. Colocarse de espaldas a la realidad, negando con ello las inexorables transformaciones a que asistimos y que nos colocan en un umbral histórico de transcendencia crucial, no sería sino adoptar una actitud insensata que con casi toda seguridad nos condenaría al aislamiento y al naufragio social. De lo que se trata es de recordar que la universidad no debe renunciar a persistir en la marcha por el derrotero que nos conduzca a conservar ese espíritu que anima la búsqueda desinteresada de conocimiento, sin que ello signifique, ni por un momento, rodearse de muros impenetrables y desentenderse de los urgentes asuntos sociales que nos interpelan permanentemente ya sea desde nuestra propia comunidad nacional, ya desde fuera de sus fronteras. No olvidemos que en las aulas de una universidad se forman hombres y ciudadanos, no autómatas ni siervos. O, dicho de otro modo, allí se forman conciencias críticas y voluntades encaminadas al compromiso social, no repetidores de fórmulas ni voluntades puestas de hinojos ante el poder.
ㅤ⠀ㅤPropósitos fundamentales de la universidad, sobre todo en los tiempos que corren, signados por el desarrollo vertiginoso de las tecnologías de la información y la veloz e ingente producción de conocimiento, son la formación de profesionales altamente calificados y la generación de saber. En este marco, las universidades deben contribuir a través del despliegue de ímprobos esfuerzos a concretar un objetivo de la mayor importancia: convertir a nuestras universidades en instituciones líderes en cuanto a producción de conocimientos en nuestro país en materia de investigación, desarrollo e innovación, lo cual va de la mano con la difusión del trabajo de nuestros investigadores y su concomitante incorporación al panorama académico global.
ㅤ⠀ㅤEn materia de investigación, el panorama actual es diverso y complejo en demasía. Este estado de cosas no es sino el natural resultado de la extrema especialización que se manifiesta en las ciencias en los últimos dos siglos, dado lo cual es prácticamente imposible que entre dos profesionales de disciplinas diferentes pueda ser entablada alguna discusión a no ser que esta sea simplemente una de tipo trivial. Por ello, en la segunda mitad del siglo pasado fueron surgiendo estrategias multi, inter y transdisciplinarias como intentos de enlazar las diferentes metodologías y conocimientos científicos.
ㅤ⠀ㅤComo se sabe, la multidisciplinariedad consiste en abordar un objeto de estudio propio de una determinada disciplina desde la perspectiva de otras. Así, pues, si bien la investigación en torno a los aspectos asociados a un templo precolombino, pongamos por caso, es abordada por la arqueología, otras disciplinas pueden también realizar estudios al respecto: la historia del arte, la arquitectura, la geología o la historia de las religiones sin duda también pueden contribuir a lograr un conocimiento más integrador de aquel objeto.
ㅤ⠀ㅤLa interdisciplinariedad, por su parte, se expresa en la transferencia de métodos de una disciplina a otra. Este trasvase metodológico puede ir desde la sola aplicación, como sucede en el caso de la oncología, la cual emplea en algunos de sus tratamientos los métodos provenientes de la física nuclear, hasta la creación de nuevas disciplinas, como la paleopatología, disciplina que incorpora métodos de la patología al campo de la paleontología.
ㅤ⠀ㅤEn el el ámbito de las humanidades, por ejemplo, la interdisciplinariedad ha venido a instalarse, lo cual acaso se refleje con más nitidez en la disciplina que constituye su paradigma de rigurosidad: la lingüística. Al interior de esta, surgen nuevas especialidades como producto de la conjunción de dos o más ámbitos de investigación. Tenemos, así, la sociolingüística, que estudia las lenguas como realidades sociales; o la etnolingüística que hace lo propio con estas en tanto realidades culturales. La lengua, asimismo, en tanto que involucra procesos cognitivos, es estudiada por la psicolingüística. La neurolingüística, por su parte, aborda la investigación del ejercicio lingüístico vinculado con la actividad neuronal.
ㅤ⠀ㅤPor lo que hace a la filosofía, actualmente, y siguiendo estas fecundas orientaciones metodológicas, la interdisciplinariedad, del mismo modo, viene siendo adoptada en algunos ámbitos académicos. Por ejemplo, la bioética, hace uso de elementos conocidos en biología,g pero bajo un tratamiento filosófico. Asimismo, la denominada filosofía experimental, según Joshua Knobe, uno de sus principales difusores, se propone identificar el contenido empírico de las creencias de carácter intuitivo y de aquellas otras provenientes del sentido común, y que suelen estar presentes como premisas de argumentos filosóficos, y esto a fin de determinar si, efectivamente, el carácter intuitivo de dichas creencias y el hecho de que se las remita al plano del sentido común están justificados. La principal herramienta con que cuenta la filosofía experimental, lo cual constituye el aspecto novedoso de su propuesta, es el empleo de estudios de campo, específicamente, de encuestas.
ㅤ⠀ㅤAl igual que la multidisciplinariedad, la interdisciplinariedad ofrece un alentador campo de resultados originales, innovadores y productivos, pero, también al igual que aquella, todos sus esfuerzos quedan circunscritos en el dominio de una disciplina, sea esta ya establecida o recién fundada. No podemos negarlo: la interdisciplinariedad fue lo que dio origen a ese árbol casi infinito de compartimentos entre especialidades y subespecialidades que es la ciencia de hoy en día.
ㅤ⠀ㅤFrente a estas perspectivas, tendientes al noble fin de aumentar el conocimiento, pero reduciendo, a la vez, la posibilidad de que una sola persona llegue a dominarlo para tener una mirada holista de sí misma y el mundo, surge la propuesta de la transdiciplinariedad.
ㅤ⠀ㅤEn efecto, el 6 de noviembre de 1994, un vasto e influyente número de intelectuales reunidos en Convento de Arrábida, Portugal, firmaron la “Carta de la Transdisciplinariedad.” Todos expresaban en este documento una inquietud común, a saber, que la actual multiplicación de las disciplinas académicas y no académicas conduce necesariamente a un crecimiento del saber que hace imposible toda mirada global del ser humano. Dándose en nuestra época la situación paradójica de “un saber cada vez más acumulativo y un ser interior cada vez más empobrecido”, algo que llevaría, tarde o temprano, a una nueva edad oscura, si es que, por supuesto, no estamos ya viviéndola desde hace varios años. Por ello, solo tomando conciencia de la actual coyuntura epistémica se podría evitar este colapso, y, quizá, sabiendo aprovechar de la manera más adecuada el crecimiento contemporáneo sin precedente de los saberes, se podría poner en acto una mutación en el ser humano similar a aquella que lo hizo superar su antigua condición de homínido.
ㅤ⠀ㅤExhibiendo los principios de los muchos niveles de la realidad y de su complejidad, la transdisciplinariedad, tal como es definida por Basarab Nicolescu, uno de sus difusores más entusiastas, “…concierne a lo que simultáneamente es entre las disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina. Su finalidad es la comprensión del mundo presente, uno de cuyos imperativos es la unidad del conocimiento” (La transdisciplinarité: manifeste. Mónaco, Le Rocher, 1996). Tal definición supone que la realidad cuente con varios niveles, cada uno de ellos tomado como propio por determinada disciplina académica, científica o intelectual, y, además, si se quiere evitar el eleatismo, que entre estos niveles exista un espacio discontinuo, el cual, precisamente, es el objeto de estudio de la investigación transdisciplinaria (“Carta de la Transdisciplinariedad,” Art. 2).
ㅤ⠀ㅤEsto, sin embargo, no quiere decir que la transdisciplinariedad entre en antagonismo con la disciplinariedad, pues esta es su complemento necesario, ya que, al indagar por la dinámica que se da entre los diversos niveles de la realidad, requiere tener un conocimiento riguroso de cada uno de estos niveles que ofrecen las disciplinas respectivas (Ibid., artículos 3 y 14). En suma, la motivación de los propugnadores de la transdisciplinariedad, de cara a los objetivos multidisciplinarios e interdisciplinarios asidos irreversiblemente de la lógica abstraccionista disciplinaria, apunta a un objetivo puramente ético y pragmático, al considerar que una educación auténtica no puede privilegiar la abstracción en el conocimiento, debiendo enseñar a contextualizar, concretar y globalizar con el apoyo de la intuición, la imaginación y la sensibilidad (Ibid. Art. 11).
ㅤ⠀ㅤHoy más que nunca es un imperativo reafirmar el noble compromiso de seguir en la senda de la investigación, en busca –lo reitero– no solo de la excelencia académica, sino del mismo modo y dedicando a ello pareja energía, en el empeño de formar generaciones que asuman firmemente la defensa de valores que promuevan la construcción de una sociedad más justa, solidaria, inclusiva y comprometida con el desarrollo de las más altas potencialidades espirituales de sus ciudadanos.
Ciudad Universitaria, julio de 2022
[1] Doctor en filosofía y docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.