En memoria de quienes perdieron la vida en esta pandemia Covid-19 y no vamos a olvidar
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David
2 años hace
Recordando a Luis Paretto Quispe docente de Ingenieria .
Norma Meneses
2 años hace
Mis sentidas condolencias a los parientes y amigos de cada uno de ellos. A los docentes, trabajadores y a algunos alumnos que partieron, los conocí personalmente. Así supe de su valiosa dedicación al trabajo y de su calidez en el trato; por ello, siempre atesoraremos un bello recuerdo de su presencia en nuestra Facultad. Para ellos, deseo que el camino de retorno a su paqarina sea luminoso y que el reencuentro con sus seres queridos que residen allí sea muy grato.
Ricardo Falla Barreda
2 años hace
Duele en el alma cuando una amigo o amiga se va. Pero, la muerte nunca es el fín, es el comienzo de la nueva vida. Gracias, queridos amigos por regalarle a San Marcos sus preciosas vidas. Nunca los olvidaré.
Sara Espejo
2 años hace
Esta pandemia se llevó muchas personas valiosas y nobles como Florita, mi compa Fernan, el chinito Marcelino, siempre atentos a ayudar a quien lo solicitaba, los profesores Evangelista, Guillen y Radulescu, profesionales sencillos y amables como pocos; a los compañeros de vida de nuestras compañeras de labores cuya vida cambió para siempre. En nuestras oraciones siempre estarán tanto ellos como sus familias para que encuentren el consuelo y paz en sus corazones.
Nanda Leonardini
3 años hace
In Memorian
Florita Huamaní Conde
“Uno no debería esperar este momento para entonces decir lo que uno debió decir antes, muchas veces. […] Yo no debería ni siquiera abrir la boca, porque [ella] no me está oyendo.”
Fernando del Paso
Mi querida señora Florita:
Al llegar a la Facultad de Letras de San Marcos me animaba el hecho de conversar contigo del día a día con fluida sinceridad, emanado de dos mujeres adultas que se cuentan sin pretensiones, asuntos cotidianos alejados de la rigidez académica. Era el nuestro un verdadero refugio femenino que sorteaba la oficialidad del claustro que nos rodeaba.
En medio de estos breves diálogos iniciados con tu alegre saludo en quechua, me relatabas tu libertad interna y la necesidad de compartir tu vida, más allá de tu familia, con la gente de la universidad; ello, además de tu independencia económica, te permitía continuar activa y no encerrada entre las paredes de tu casa agobiaba por el tedio.
Con la sencillez que poseen sólo las personas sabias, ibas y venías llevando y trayendo documentos entre las diferencias dependencias, razón por la cual era factible encontrarte en el rectorado, en los pasillos, senderos o caminos de la ciudad universitaria andando lenta pero ágil mientras, con cimbreante ritmo, bamboleabas tus faldas.
La noche del 15 de marzo de 2020 fue la última en que todos permanecimos juntos en el Perú. A la mañana siguiente, las circunstancias de la vida nos separaron, en un intento de sortear la pandemia del corona, coronado de muerte y exterminio. Imagino lo que significó para ti condenada al encierro obligatorio, aburrida en este aislamiento forzoso del cual pudiste escapar por algunas horas, tentada para celebrar los quince años de tu nieta, instantes que te prometían un rato de gozo, en tanto compartías con tus seres amados.
Sin esperarla, se presentó una invisible invitada, no invitada, no querida ni deseada, que llegó solapadamente con un obsequio luctuoso, de quien nadie se percató en medio del regocijo generalizado expresado en reencuentros, abrazos, risas, bromas, comida, bebida, música y bailes. Al finalizar la fiesta, y como correspondía, te despediste Florita con un animado cacharpari –“fiesta del adiós” – ayacuchano bien zapateado. Sin embargo, a los pocos días nos dejabas; era el 28 de febrero de 2021. A mí, con un gran vacío en el corazón por no haber podido, tan solo, estrechar tus manos una vez más para conversar de las cosas simples de la vida, aquellas que realmente son el verdadero motor de la existencia, apartadas de las vanidades humanas.
Ana Chura Tito
3 años hace
Me dejo mas sola que nunca esta Pandemia, una soledad que nunca en vida me imagine que se pudiera sentir, tambien se fueron mis papis (Valentin Chura Urquizo y Luisa Guillermina Tito Arana). Escribiendo en esta página me trae a la memoria lo inmensamente felices que fueron cuando ingresé a la UNMSM, en 1992, desde Villa El Salvador, ahora empezaba mi vida en las aulas de la Universidad que hasta ese entonces solo estaba en mis sueños mas alucinados. No se imaginan cuan felices fueron, y me quedo con ese recuerdo. A mi papi le gustaba muchísimo la lectura y en honor a ello quise dejarle una lineas en este espacio. Que descansen en Paz y ruego a Dios nos de las fuerzas para dejar en alto el nombre todos los que partieron a la Eternidad, para algun día guiarnos en ese camino que todos recorreremos. Ana Chura Tito
Gloria Sebastiani C.
3 años hace
A los familiares y amigos de quienes en vida fueron:
La señora Flora Humani y los señores Fernando López y Marcelino Pacotaipe
Mi sentido pésame, tuve oportunidad de conocerlos y siempre recibí de ellos afecto, un excelente trato y respeto, fueron un gran apoyo para desarrollar mi trabajo. Que en paz descansen, los extrañaré amigos.
Luis Alberto Chullo Aguila
3 años hace
” Dios los tenga en su gloria a los que contribuyeron por hacer de este un mundo mejor “”
abel alfredo
3 años hace
que en paz descansen
Miguel Ángel Malpica
3 años hace
Mis palaras van dirigidas hacia el compañero Marcelino (compañero, porque así lo llamé cotidianamente cuando nos conocimos en verano de 2018, siendo él Jefe de la Biblioteca y yo Secretario General del CFL) y hacia el señor Fernando (señor, porque siempre fui consciente del respeto que debía mantenerse entre un estudiante y un trabajador que con mucha prestancia dirigía el uso de los auditorios). Comenzaré con el señor Fernando, a quien conocí desde mi primer año en la universidad: siempre estuvo atento a las solicitudes de los estudiantes que necesitaban utilizar los auditorios y las pocas veces que no estuvo atento, no era por irresponsabilidad o indisciplina laboral sino que era por las indicaciones de las autoridades y algunos profesores, que por creerse autoridades y profesores, creían tener todo el derecho de desplazar a los estudiantes en el uso del auditorio; y entonces mandaban el señor Fernando a decirnos que no, que tal fecha ya estaba ocupado el auditorio o que tal fecha no se puede, etc. Obviamente, por una cuestión de sujeción laboral, el señor Fernando tenía que responder primeramente a las solicitudes de autoridades y docentes pero esto nunca impidió que él haga magia y nos apoye siempre con lo que tenga, dando ideas de cómo puede utilizarse el auditorio para nuestros eventos, dando recomendaciones para una mejor realización de nuestras actividades ahí, etc. Siempre lo voy a recordar por eso, por ser una de las personas que apoyó siempre las iniciativas estudiantiles. Sobre el compañero Marcelino, aunque lo conocí poco tiempo, recuerdo de él su sencillez y humildad, su preocupación por los estudiantes. Esa sencillez la vi claramente cuando dejó de ser Jefe de Biblioteca y pasó a trabajar, con mucha amabilidad, junto a otros trabajadores en el área de atención de la Biblioteca de Letras. No lo vi renegar (tal vez en privado haya sufrido que le despojen de su cargo que por muchos años llevó, años con poco apoyo de las autoridades) sobre ese cambio, siempre lo vi dispuesto a seguir trabajando. De alguna manera, mi respeto también se lo ganó por llamarse igual que mi padre. Eso también encontré en el señor Fernando: una actitud paternal, de atención y servicio paternal. No necesariamente esto quiere decir que haya habido una relación paternal. Pero sí hubo mucho compromiso y cariño a lo que hacían porque sabían que eso influía en el futuro de los jóvenes que nos formábamos en las aulas de la facultad. Quisiera que esto llegue a sus familias y que, cuando vuelva a abrirse la facultad, todos nos podamos reunir para celebrar las vidas que nos ha arrebatado la pandemia.
Marlene Montenegro
3 años hace
Sentimientos encontrados: tristeza por su inesperada partida, alegría por haberlos conocido y disfrutado buenos momentos. QEPD compañeros.
Cristian
3 años hace
Sólo se adelantaron; al final todo vamos por ese camino. ¡Q.E.P.D!
Heivy Tejada
3 años hace
Envío mis más sinceras condolencias a todos los familiares y amigos de todos los que fueron parte de nuestra facultad y perdieron la vida en esta época tan dura.
Miguel Ángel Malpartida
3 años hace
Que sus familias obtengan consuelo por tan grandes pérdidas. La familia sanmarquina no los olvidará.
Sue Barturén
3 años hace
En San Marcos somos una familia y nos duele mucho la pérdida de todos estos miembros. Mis más sinceras condolencias a los familiares y mucha fuerza en estos momentos tan complicados.
Recordando a Luis Paretto Quispe docente de Ingenieria .
Mis sentidas condolencias a los parientes y amigos de cada uno de ellos. A los docentes, trabajadores y a algunos alumnos que partieron, los conocí personalmente. Así supe de su valiosa dedicación al trabajo y de su calidez en el trato; por ello, siempre atesoraremos un bello recuerdo de su presencia en nuestra Facultad. Para ellos, deseo que el camino de retorno a su paqarina sea luminoso y que el reencuentro con sus seres queridos que residen allí sea muy grato.
Duele en el alma cuando una amigo o amiga se va. Pero, la muerte nunca es el fín, es el comienzo de la nueva vida. Gracias, queridos amigos por regalarle a San Marcos sus preciosas vidas. Nunca los olvidaré.
Esta pandemia se llevó muchas personas valiosas y nobles como Florita, mi compa Fernan, el chinito Marcelino, siempre atentos a ayudar a quien lo solicitaba, los profesores Evangelista, Guillen y Radulescu, profesionales sencillos y amables como pocos; a los compañeros de vida de nuestras compañeras de labores cuya vida cambió para siempre. En nuestras oraciones siempre estarán tanto ellos como sus familias para que encuentren el consuelo y paz en sus corazones.
In Memorian
Florita Huamaní Conde
“Uno no debería esperar este momento para entonces decir lo que uno debió decir antes, muchas veces. […] Yo no debería ni siquiera abrir la boca, porque [ella] no me está oyendo.”
Fernando del Paso
Mi querida señora Florita:
Al llegar a la Facultad de Letras de San Marcos me animaba el hecho de conversar contigo del día a día con fluida sinceridad, emanado de dos mujeres adultas que se cuentan sin pretensiones, asuntos cotidianos alejados de la rigidez académica. Era el nuestro un verdadero refugio femenino que sorteaba la oficialidad del claustro que nos rodeaba.
En medio de estos breves diálogos iniciados con tu alegre saludo en quechua, me relatabas tu libertad interna y la necesidad de compartir tu vida, más allá de tu familia, con la gente de la universidad; ello, además de tu independencia económica, te permitía continuar activa y no encerrada entre las paredes de tu casa agobiaba por el tedio.
Con la sencillez que poseen sólo las personas sabias, ibas y venías llevando y trayendo documentos entre las diferencias dependencias, razón por la cual era factible encontrarte en el rectorado, en los pasillos, senderos o caminos de la ciudad universitaria andando lenta pero ágil mientras, con cimbreante ritmo, bamboleabas tus faldas.
La noche del 15 de marzo de 2020 fue la última en que todos permanecimos juntos en el Perú. A la mañana siguiente, las circunstancias de la vida nos separaron, en un intento de sortear la pandemia del corona, coronado de muerte y exterminio. Imagino lo que significó para ti condenada al encierro obligatorio, aburrida en este aislamiento forzoso del cual pudiste escapar por algunas horas, tentada para celebrar los quince años de tu nieta, instantes que te prometían un rato de gozo, en tanto compartías con tus seres amados.
Sin esperarla, se presentó una invisible invitada, no invitada, no querida ni deseada, que llegó solapadamente con un obsequio luctuoso, de quien nadie se percató en medio del regocijo generalizado expresado en reencuentros, abrazos, risas, bromas, comida, bebida, música y bailes. Al finalizar la fiesta, y como correspondía, te despediste Florita con un animado cacharpari –“fiesta del adiós” – ayacuchano bien zapateado. Sin embargo, a los pocos días nos dejabas; era el 28 de febrero de 2021. A mí, con un gran vacío en el corazón por no haber podido, tan solo, estrechar tus manos una vez más para conversar de las cosas simples de la vida, aquellas que realmente son el verdadero motor de la existencia, apartadas de las vanidades humanas.
Me dejo mas sola que nunca esta Pandemia, una soledad que nunca en vida me imagine que se pudiera sentir, tambien se fueron mis papis (Valentin Chura Urquizo y Luisa Guillermina Tito Arana). Escribiendo en esta página me trae a la memoria lo inmensamente felices que fueron cuando ingresé a la UNMSM, en 1992, desde Villa El Salvador, ahora empezaba mi vida en las aulas de la Universidad que hasta ese entonces solo estaba en mis sueños mas alucinados. No se imaginan cuan felices fueron, y me quedo con ese recuerdo. A mi papi le gustaba muchísimo la lectura y en honor a ello quise dejarle una lineas en este espacio. Que descansen en Paz y ruego a Dios nos de las fuerzas para dejar en alto el nombre todos los que partieron a la Eternidad, para algun día guiarnos en ese camino que todos recorreremos. Ana Chura Tito
A los familiares y amigos de quienes en vida fueron:
La señora Flora Humani y los señores Fernando López y Marcelino Pacotaipe
Mi sentido pésame, tuve oportunidad de conocerlos y siempre recibí de ellos afecto, un excelente trato y respeto, fueron un gran apoyo para desarrollar mi trabajo.
Que en paz descansen, los extrañaré amigos.
” Dios los tenga en su gloria a los que contribuyeron por hacer de este un mundo mejor “”
que en paz descansen
Mis palaras van dirigidas hacia el compañero Marcelino (compañero, porque así lo llamé cotidianamente cuando nos conocimos en verano de 2018, siendo él Jefe de la Biblioteca y yo Secretario General del CFL) y hacia el señor Fernando (señor, porque siempre fui consciente del respeto que debía mantenerse entre un estudiante y un trabajador que con mucha prestancia dirigía el uso de los auditorios). Comenzaré con el señor Fernando, a quien conocí desde mi primer año en la universidad: siempre estuvo atento a las solicitudes de los estudiantes que necesitaban utilizar los auditorios y las pocas veces que no estuvo atento, no era por irresponsabilidad o indisciplina laboral sino que era por las indicaciones de las autoridades y algunos profesores, que por creerse autoridades y profesores, creían tener todo el derecho de desplazar a los estudiantes en el uso del auditorio; y entonces mandaban el señor Fernando a decirnos que no, que tal fecha ya estaba ocupado el auditorio o que tal fecha no se puede, etc. Obviamente, por una cuestión de sujeción laboral, el señor Fernando tenía que responder primeramente a las solicitudes de autoridades y docentes pero esto nunca impidió que él haga magia y nos apoye siempre con lo que tenga, dando ideas de cómo puede utilizarse el auditorio para nuestros eventos, dando recomendaciones para una mejor realización de nuestras actividades ahí, etc. Siempre lo voy a recordar por eso, por ser una de las personas que apoyó siempre las iniciativas estudiantiles. Sobre el compañero Marcelino, aunque lo conocí poco tiempo, recuerdo de él su sencillez y humildad, su preocupación por los estudiantes. Esa sencillez la vi claramente cuando dejó de ser Jefe de Biblioteca y pasó a trabajar, con mucha amabilidad, junto a otros trabajadores en el área de atención de la Biblioteca de Letras. No lo vi renegar (tal vez en privado haya sufrido que le despojen de su cargo que por muchos años llevó, años con poco apoyo de las autoridades) sobre ese cambio, siempre lo vi dispuesto a seguir trabajando. De alguna manera, mi respeto también se lo ganó por llamarse igual que mi padre. Eso también encontré en el señor Fernando: una actitud paternal, de atención y servicio paternal. No necesariamente esto quiere decir que haya habido una relación paternal. Pero sí hubo mucho compromiso y cariño a lo que hacían porque sabían que eso influía en el futuro de los jóvenes que nos formábamos en las aulas de la facultad. Quisiera que esto llegue a sus familias y que, cuando vuelva a abrirse la facultad, todos nos podamos reunir para celebrar las vidas que nos ha arrebatado la pandemia.
Sentimientos encontrados: tristeza por su inesperada partida, alegría por haberlos conocido y disfrutado buenos momentos. QEPD compañeros.
Sólo se adelantaron; al final todo vamos por ese camino. ¡Q.E.P.D!
Envío mis más sinceras condolencias a todos los familiares y amigos de todos los que fueron parte de nuestra facultad y perdieron la vida en esta época tan dura.
Que sus familias obtengan consuelo por tan grandes pérdidas. La familia sanmarquina no los olvidará.
En San Marcos somos una familia y nos duele mucho la pérdida de todos estos miembros. Mis más sinceras condolencias a los familiares y mucha fuerza en estos momentos tan complicados.