Ricardo Mariátegui Oliva, historiador del arte sanmarquino
Anthony Holguín Valdez
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
anthony.holguin@unmsm.edu.pe

Lámina VIII. Cuadro central 6 Corona, barca y ciudad sagrada.

Lámina I. Salón de Grados de la actual Facultad de Letras de la UNMSM (antiguo Noviciado de los Jesuitas)

Lámina II. Valiosa techumbre historiada de madera policromada y estructura trilobada.
De una temprana trayectoria pedagógica y excepcional labor de investigación en historia del arte, resuelta en más de treinta libros y media centena de artículos, con un perfil muy definido, como estudioso de la historia del periodo virreinal y republicano, que le ha llevado a visitar las diversas regiones del territorio peruano, y a interesarse en la recuperación y difusión de nuestro patrimonio nacional. Porque si hay algo que distingue a este insigne personaje es precisamente su capacidad de escribir sobre los temas más diversos de los que siempre diserta con acertado conocimiento y claridad.
Ricardo Mariátegui Oliva nos dejó el 26 de setiembre de 1991, a los ochenta y cuatro años. Había nacido en Lima, en 1907, e instruido desde la infancia y heredero de una rica historia familiar, pues tuvo por bisabuelo al prócer de la independencia Francisco Javier Mariátegui (1793-1884), pensador liberal y republicano, bibliófilo y de notable pluma en sus escritos. Pertinaz lector desde su juventud le llevó a estudiar en la entonces Facultad de Letras y Pedagogía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde tuvo destacados maestros que le incentivaron el camino al estudio del arte, como lo fueron Juan Manuel Peña Prado (1901-1985), estudioso del arte virreinal limeño, y con admirable aprecio a Guillermo Salinas Cossío (1882-1941), a quien consideraba “mentor y guía de todas las actividades artísticas del Perú”. Mariátegui ejerció la docencia en el colegio de San Agustín y publicó un importante libro destinado a la enseñanza de secundaria que llevó por título Historia del Perú. Época Pre-incaica e Incaica (1938), esta inicial orientación pedagógica, así como su constante reflexión de la problemática histórica le permitió proseguir con el periodo virreinal, pues afirmaba que “la Historia es la mejor cátedra de la verdad y la escuela excelencia del patriotismo”. La visión crítica de Mariátegui, a través de las fuentes históricas, le permitió defender su Tesis de Bachiller en Humanidades, el 20 de mayo de 1942, con su trabajo titulado “Blas Valera, primer cronista mestizo peruano”, donde elogia la visión predilecta del erudito jesuita escritor de los Incas. Ese mismo año le fue concedido el título de Doctor en Historia, que no hubiese logrado sin el auspicio del Seminario de Historia que dirigió el profesor universitario cajamarquino Horacio Urteaga, y con ello se le otorgó el nombramiento de catedrático.
El valioso aporte de su tesis doctoral “Una joya arquitectónica de los siglo XVII y XVIII, el templo de Santiago o de Nuestra Señora del Rosario de Pomata”, se ocupa en la primera parte la aproximación geográfica e histórica de la villa de puneña, y, una segunda, enfocada en el monumento desde las técnicas constructivas, maestros participes de la obra y, sobre todo, los motivos ornamentales, donde vemos su preocupación metodológica formalista e interpretativa que a razón de sus palabras “tal vez, calificarse de audaz, ya que no se ha hecho antes, entre nosotros (…) de un monumento artístico colonial”. La investigación fue publicada como el primer tomo de su proyecto más ambicioso denominado “Documentos de Arte Peruano”, iniciada en 1942, cuyo objetivo fue dar a conocer el valioso patrimonio artístico que posee el Perú, entregando inéditos estudios de la arquitectura y artes suntuarias de Cajamarca, Trujillo, Ayacucho, Lima, Arequipa, Cusco, Puno, y, sin dejar de lado del estudio del arte antiguo con especial énfasis en Moche, Nazca e Inca. La preocupación de Mariátegui en lo que refiere a la obra artística como documento mismo, además, le suma el valor indiscutible de la fuente histórica y la revisión de los archivos, son claros indicios que debe experimentar todo historiador del arte, además de generar un archivo fotográfico personal, depositaria de sus futuras investigaciones.
En 1944, siguiendo el camino trazado por su maestro Guillermo Salinas Cossío, Mariátegui publicó su Historia del Arte (programa analítico), en el cuál desglosa sus conocimientos con minuciosa preocupación para que el alumno se familiarice de los conceptos y el tecnicismo de las artes plásticas. En efecto, este libro estuvo dirigida especialmente a sus estudiantes de la cátedra de Historia General del Arte de la Facultad de Letras de la Universidad San Marcos, mediante clases teóricas y con proyecciones y visitas a museos y edificios “a fin de que el alumno conozca, objetivamente, los diferentes estilos y se familiarice con ellos”. El corpus dividido en dos partes, la primera organiza los planteamientos teóricos de la estética, estilo y técnicas artísticas; mientras la segunda, la historia del arte desde el periodo “prehistórico”, acápites del asiático y las distintas etapas del arte occidental hasta el siglo XX.
Dentro de su extensa labor como investigador cabe destacar la fundación del Instituto de Investigaciones de Arte Peruano y Americano, en 1945, cuyo propósito de divulgación a través de las publicaciones continuas tuvo por objeto dar a conocer el patrimonio artístico andino. Mariátegui destaca que el instituto ha estado centrado en la recopilación de archivos y su “Museo Gráfico” dotado numerosa colección fotográfica sobre arquitectura, escultura y pintura. Sus conocimientos de la historia del arte se han fundamentado en el diálogo nacional e internacional, de esta manera Mariátegui encaminó este proyecto con la asociación de destacados investigadores y políticos, con muchos de los cuales mantuvo intercambio de ideas por medio de comunicación epistolar, por razón de sus publicaciones, entre los que están el ayacuchano Pío Max Medina; el historiador cusqueño Jorge Cornejo Bouroncle, especialista en fuentes documentales; y Amadeo Landaeta, fundador del Instituto Americano de Arte de Puno. Los miembros latinoamericanos se agruparon en catedráticos de historia del arte y arquitectos, desde Argentina, Martín Noel y José Torre Revello; el chileno Alfredo Benavides Rodríguez; el ecuatoriano José Gabriel Navarro; desde República Dominicana, el alemán Erwin Walter Palm; el cubano Luis de Soto y Sagarra; y desde México, Manuel Toussaint. La continuidad del instituto puede considerarse breve, pues empieza a residir desde 1952 en Chile para dedicarse a largas temporadas de estudio, dejando de lado su vínculo con la Universidad de San Marcos y con ello el instituto. De hecho, ese mismo año le invitaron a asistir al primer Congreso Interamericano de Historia y Arte Religioso, organizado por el Episcopado de Argentina, donde se reunirían diversos historiadores del arte del continente americano, pero lamentablemente el evento se suspendió y con esto se truncó el proyecto de Mariátegui de lograr la creación de un Instituto Interamericano de Historia y Arte.
Es de merecido reconocimiento su aporte al estudio de la pintura cusqueña, camino que había sido trazado con anterioridad por Uriel García y Felipe Cossío del Pomar, entre las décadas de 1920 y 1940. En Lima publicó su Pintura cuzqueña del siglo XVII. Los maravillosos lienzos del Corpus existentes en la iglesia de Santa Ana del Cuzco (1951), premiada con medalla de oro por la Municipalidad de Lima durante las fiestas patrias de 1952. Ese año viajó a Chile donde fue recibido por su primo José Francisco Mariátegui, Cónsul de Perú en Valparaíso, y de inmediato entabló amistad con el historiador y coleccionista de arte Carlos Peña Otaegui, quien le mostró tres lienzos que formaban parte de la Procesión del Corpus cusqueño y que fueron publicadas en el libro Pintura cuzqueña del siglo XVII en Chile (1954). Es más, su visita por las iglesias y conventos virreinales de Santiago le permitió destacar el valor de sus conjuntos artísticos, entre las cuales se encuentra la serie de cuadros de San Francisco de Asís del pintor cusqueño Juan Zapaca Inga, motivando al historiador del arte Alfredo Benavides a continuar el estudio de estas pinturas.
Creemos con toda seguridad que la década de 1950, Mariátegui gestó una prolongada producción bibliográfica de rigor científico y de infaltable necesidad de dar a conocer a los protagonistas del arte peruano. Familiarizado desde niño con los retratos del pintor José Gil de Castro existentes en colecciones de Lima, hacia 1953 había llegado a recopilar un cuantioso numero de sus obras de quien consideraba como el “glorioso Pintor de los Libertadores”. Luego de sus posteriores estadías en Chile y Argentina le permitieron conocer una enorme cantidad de los lienzos del pintor limeño, y, tras largos años de compromiso por continuar esta tarea de largo aliento finalmente publicó su libro, en 1981, que llevó por título José Gil de Castro (“el mulato Gil”): vida y obras del gran pintor peruano de los libertadores. Los acertados comentarios críticos de su estudio le facultaron a descartar pinturas que se creían de José Gil y agregando otras inéditas en ese momento, logrando agrupar 96 obras, de las cuales 77 fueron realizadas en Santiago. Este mérito individual le bastó un reconocimiento póstumo, muchas décadas después con motivo de la muestra expositiva sobre la obra de José Gil de Castro en el Museo de Arte de Lima y la publicación del catálogo razonado, en 2014, al que se le dedicó estas breves líneas: “A la memoria de RICARDO MARIÁTEGUI OLIVA, investigador pionero de la historia del arte en el Perú, cuyo importante trabajo sobre Gil de Castro ha sido una inspiración para los investigadores”.
No quisiera concluir estas consideraciones derivadas de la cuantiosa labor investigativa de Mariátegui, sin dejar de lado a lo referente a su casa de estudios y la publicación que realizó, en 1951, con motivo del homenaje al IV centenario de la fundación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es así como el décimo tercer tomo de la numerosa colección de “Documentos de Arte Peruano”, la dedicó al estudio de la cubierta de la capilla de Nuestra Señora de Loreto del antiguo noviciado jesuita: Valiosa techumbre historiada de la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos. El autor justifica que su estudio fue escrito en 1944 y entregado para su publicación a la revista Letras, razón por la cuál no se hizo, posiblemente por la aparición en ese momento del ensayo “El actual edificio de la Universidad de San Marcos” de Carlos Valcárcel y Gred Ibscher presentada en 1943, donde efectivamente se aborda una descripción e interpretación del cielo raso de la capilla. Sin embargo, Mariátegui presenta una monografía de clara estructura y exposición con la síntesis histórica del recinto, acompañada de dieciséis ilustraciones del fotógrafo Manuel González Salazar.
Mariátegui establece que la obra fue realizada por varios pintores y su fecha de ejecución se prolonga a mediados del siglo XVIII. Si bien estos argumentos planteados por el autor no tienen sustento documental, resta decir que su riqueza está en su aproximación estilística y análisis formal del conjunto de la cubierta de la capilla, pues denota una preocupación por la correcta descripción de cada panel de los santos representados. Así mismo considera que el cielo raso se puede atribuir al barroco, categoría que la define de “intensidad de sentimientos, la explosión espiritual y las ansias de infinitud”. En cuanto a la clasificación estructural sostiene, a partir de los estudios de artesonados hispanos del arquitecto José Rafols, se trata de una techumbre de madera de arco trilobulado. En suma, este libro debe entusiasmar a los nuevos y futuros investigadores de la Escuela Profesional de Arte para tratar de actualizar con nuevas miradas metodológicas el análisis de tan importante patrimonio histórico y artístico de la decana de América y, por tanto, asumir el compromiso de su valoración y conservación que son tareas fundamentales en las actividades de la institución universitaria.
Valiosa techumbre historiada de la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos (1951)
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